Mi musa malvada.

Fuiste llamada a mi altar,
Deseada como ninguna mas,
Fuiste adornada para brillar,
Y para que de entre la muchedumbre puedas resaltar.

Desde tiempos no conocidos,
Desde lo profundo del infinito,
Como lluvia sin fin,
Es el néctar de nuestro mártir.

Casi siempre enamorada,
Desviada en la mirada,
Siniestra malvada muy encarnizada,
Llorando en las penumbras siendo amada.

Confundida y estimada,
Es mi musa malvada,
Es reina y señora,
Es del amor profesora.

Viste así, en mi todas las cosas,
Su mirada es siniestra y a la vez encantadora,
Tiene el poder de hipnotizarme,
Tiene la habilidad de enamorarme.

Ella es todo, ella es nada,
Siempre presente en la infinita ausencia,
Ellas es mi todo y no tengo el descaro,
De decirte en la cara cuanto TE AMO.